Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Paula Zegers: lo primero, lo primario, lo esencial

Reflexión por Camila Alegría

La artista Paula Zegers inauguró hace unos días su exposición Apacheta, en galería Concreta (Matucana 100). Apacheta es una palabra que viene del aymara, y se refiere a ciertas construcciones andinas que se edifican para los caminantes:

«Un cuerpo de piedras para marcar un camino de piedras. Una multitud para guiar al solo», escribe Daniela Berger Prado en el texto curatorial de la exposición.

Las Apachetas y otro tipo de construcciones indígenas (¿pero, habría que restringirlas a lo indígena? ¿o tiene que ver, en realidad, con una tecnología esencial que el ser humano aplica instintivamente en la experiencia del peregrinaje?) pueden ser tremendamente sencillas en su edificación. Una piedra sobre otra piedra. Una construcción cónica, de mayor a menor. Cualquier conjunto de piedras que prometa afirmarse a pesar del viento parece servir. Como el ejercicio más primario de los niños que, con algo de motricidad, logran posicionar un cubo sobre otro. “Lo primero, lo primario, lo esencial”, he escuchado decir a la artista en varias ocasiones, mientras conversamos frente a su obra.    

Estamos en el subsuelo de Matucana 100. Por debajo del pavimento. Más cerca de la tierra. Y la obra completa no se eleva a más de cuarenta centímetros del piso. Los miles de ladrillos negros que construyen la instalación parecen estar subrayando esa condición subterránea.

La obra en sí nos obliga a doblegarnos. Nos invita a recorrer el espacio en actitud de recogimiento, de humildad. Los ladrillos esos pequeños cuerpos que nos acompañan desde hace más de diez mil años– marcan el paso que debemos seguir. Nos escoltan, como a los caminantes de las alturas.  

Mientras me adentro en la sala me pregunto, ¿qué pasa con la figura del caminante que nos resulta tan enigmática, tan intocable? ¿acaso revive en nosotros recuerdos imposibles de nuestros propios peregrinajes sobre este planeta? ¿y, también, qué hace que las personas que transitan lugares inhóspitos –paisajes abiertos y desolados se detengan para amontonar unas cuantas piedras para quien, como ellos, deban atravesar esos lugares llenos de belleza y de nada más? ¿será que en lo más esencial de nuestra naturaleza, cuando se trata de sobrevivir a la adversidad, somos seres amorosos, y nos dejamos pistas porque entendemos que la supervivencia del otro es también la propia supervivencia?

Un video registrado en “super 8” nos devela el paso del tiempo sobre una de las Apachetas que la artista ha construido en el paisaje abierto. El grano del video conversa inevitablemente con el grano del ladrillo; aquella “irregular belleza de esa imperfección planificada” que menciona Berger también en su texto. La sombra del video avanza por las piedras como una aguada avanza sobre la tela. No olvidemos que Paula Zegers se ha movido libremente entre la pintura, la mancha, la geometría, el tejido y el volumen. Y ahora, en su exposición en Galería Concreta, la artista nos lleva de la mano por una obra en la que esas técnicas confluyen en una experiencia; esa experiencia que se da especialmente cuando una obra ha sido diseñada, planificada y construida para un sitio específico.

La obra y el lugar se transforman en una sola cosa. Y ese total, —al mismo tiempo que nos recuerda artistas lejanos del Land Art como Robert Smithson, Richard Long, Andy Goldsworthy / Nancy Holt, Mary Miss, Maya Lin— nos invita a hacernos una serie de preguntas que son de acá. De aquí nomás. De lo primero. Lo primario. Lo esencial.

Compartir:

Post relacionados

Suscríbete a

Introduce tu correo electrónico para recibir nuestra newsletter

* Requerido