newsletter/61

Hola hola. Aquí tienen algunas cosas bonitas y/o significativas para esta semana, con un enfoque especial en el acto de reconectar, de aprender nuevos lenguajes (como el lenguaje de la tierra, las piedras, los árboles y los pájaros), y de ir/ver/oír/sentir lo más-allá-de-lo-humano. En corto: en nuevas/antiguas formas de relacionarnos. La mayoría es más densa/larga de lo que suelo enviar en una sola newsletter, pero les prometo que cada una vale la pena y está repleta de intuición y profundidad. Quizás vale la pena guardar los links e irlos leyendo con calma en momentos de reposo:

uno/ en los últimos años ha aparecido un tipo de padecimiento difícil de describir, pero que a la mayoría se nos hace fácil entender. No es ansiedad, pero comparte algunos contornos de la ansiedad; no es depresión, aunque a ratos pareciera sentirse así. Ha sido descrita como un trauma de bajo alcance, o una especie de tristeza o duelo… sentirse tristes, inquietos y ansiosos de manera constante. ¿Les suena conocido? Si es así, y considerando que ya podemos visitar museos, galerías y exposiciones (ver newsletter antepasada) quizás vale la pena tener en cuenta que en Bélgica les doctores están prescribiendo visitas a museos para aminorar los efectos estresantes de la pandemia.

dos/ sobre comunicarse con el mundo no-humano, un lenguaje que mayoritariamente hemos perdido: “to reengage with the world as kin requires an entirely different approach. It is no good shouting English (or Latin) words at the nonhuman world if you want to hold a dialogue. You’ll have to learn a whole set of skills that have nothing to do with your education; you’ll have to use your whole body and slow down to the pace of your heart. Most of all you’ll have to learn to stop talking in your head. You have to listen.”

tres/ sobre cómo la obsesión con comunicarnos con nuestros «devices» (pensemos en Alexa, Google Assistant, casas/autos/electrodomésticos «inteligentes», etc.) puede tener sus raíces en esa visión animista en que todo estaba vivo y (potencialmente) consciente – desde los animales a las piedras a las montañas: “the only things that now speak to us are our humanly-engineered virtual assistants—like Amazon Alexa or Google Assistant—and their associated appliances. Despite the flimsy gesture toward a kind of magical reality, the fact is that we’re still speaking only to ourselves, to things that we have programmed to talk back to us. And so, after the initial novelty, which maybe lasts about twenty minutes, there’s nothing here that can surprise us, or yield a sense that we’re in communication with beings strangely different from ourselves.«

En esa misma línea, vale la pena leer sobre las tecno-soluciones llenas de tecno-optimismo al problema del medioambiente (y porqué probablemente no sean la mejor manera de enfrentar este problema cuya urgencia es inmediata).

cuatro/ sobre la ideología de la supremacía humana, y sus consecuencias: «the somber truth is that the vast bulk of nature’s staggering abundance has already disappeared. We live in a world characterized primarily by the relative silence and emptiness of its natural spaces. Underlying this devastation is the ideology of human supremacy—claiming innate superiority over nonhuman forms of life. But is human supremacy innate to humanity, or rather something specific pertaining to our dominant culture?“.

cinco/ sobre el crecimiento eterno vs el movimiento por decrecer, y los valores que este prioriza como «compartir», «simplicidad», «cuidado», «recursos comunes», y «convivencia», con un par de hermosos parrafos dedicados al mundo del arte, la cultura y los museos. De lo mas lindo e inspirador que he leído, tanto para mi vida cotidiana como para mi práctica como investigadora y escritora.

seis/ sobre el fenómeno maravilloso de los ríos voladores.

siete/ sobre sueños como sismógrafos (vale la pena recordar que en las conversaciones del proyecto sin nombre hemos hablado bastante de este tema: con Paula Baeza Pailamilla en relación a la cosmovisión Mapuche, con Constanza Alarcón Tennen en relación a los sueños como respuesta a eventos traumáticos o que nos sobrepasan, y con Patricia Domínguez en relación a nuevas maneras de pensar/sentir la realidad).

ocho/ entrevista a Gabriel Venegas de Minkalab sobre el buen vivir y la vida como cultivo.

nueve/ libros recomendados/relacionados a esto: «Clamor de los bosques» de Richard Powers, una novela tremenda, tremenda, tremenda, y que no puedo recomendar lo suficiente. «How to do nothing» de Jenny Odell. «Un verdor terrible» de Benjamín Labatut. «Esto lo cambia todo» de Naomi Klein.

diez/ recuerden: la palabra «ternura» comparte raíz con la palabra «atención».

Gracias a todes por leer. Esta newsletter es gratis pero no barata. Para apoyar, compártela con alguien que conozcas, o suscríbete (el botón está al pie de la página). Y como siempre, un poema nunca está de más:

«En la víspera de Navidad de 1968, el astronauta Bill Anders 
tomó una foto de la tierra
mientras el Apolo 8 orbitaba la luna.
Esos tres chicos se 
sorprendieron
al ver desde sus ojos
Nuestro planeta parecía una salida de la tierra
Un orbe azul flotando sobre el horizonte gris de la luna, 
con océanos profundos y cielos plateados. 

Fue el primer vistazo de nuestro mundo a sí mismo. 
Nuestra primera oportunidad de ver una realidad compartida, 
Una postura declarada y un punto en común; 

Un vistazo en el espejo de nuestro planeta,
Y a medida que las amenazas se acercaban,
Nuestra propia urgencia se hizo más clara,
A medida que nos damos cuenta de que no tenemos nada más querido 
que este cuerpo flotante que todos llamamos hogar. 

Hemos sabido
que estamos atrapados en medio
de cambios climáticos, algunos dicen que
desaparecerá,
mientras que otros simplemente rezan
para sobrevivir otro día;
Porque son los oscuros, los oprimidos, los pobres, 
Quienes cuando el desastre
se declara hecho,
aún sufren más que nadie. 

El cambio climático es el mayor desafío de nuestro tiempo, 

De esto, ciertamente eres consciente.
Es triste, pero no puedo evitarles
conocer un hecho inconveniente, porque
es aclarar los hechos lo que nos hace actuar y no esperar. 

Entonces te digo esto no para asustarte, 
sino para prepararte, para desafiarte 
a soñar una realidad diferente, 

Donde a pesar de las disparidades
Todos nos preocupamos por proteger este mundo,
Este mármol azul acribillado, esta pequeña verdadera maravilla 
Para reunir el entusiasmo y el coraje
Para ver cómo podemos servir a
Nuestro planeta. No necesitas ser un político
Para que tu misión sea conservar, proteger, 
Para preservar ese único hogar
que es nuestro,
Para usar tu poder único
Para dar a las próximas generaciones el planeta que se merecen. 

Estamos demostrando, creando, defendiendo. 
Prestamos atención a esta verdad incómoda, porque necesitamos ser cualquier cosa menos indulgentes
con el futuro de nuestra juventud. 

Y si bien esto es un entrenamiento,
para sostener el futuro de nuestro planeta, 
no hay ensayo. El tiempo es 
Ahora
Ahora
Ahora, 
Debido a que la reversión del daño,
y la protección de un futuro tan universal 
debería haber nada, pero controvertido. 

Entonces, tierra, punto azul pálido 
No te fallaremos. 

Así como elegimos ir a la luna 
Sabemos que nunca es demasiado pronto
Para elegir la esperanza.
Elegimos hacer más que hacer frente al 
cambio climático 
Elegimos ponerle fin:
nos negamos a perder.
Juntos hacemos esto y más
No porque sea muy fácil o agradable
sino porque es necesario,
porque con cada amanecer cargamos con
el peso del destino de este cuerpo celeste que orbita una estrella. 
Y a pesar de lo pesado que sonaba ese peso, no nos retiene, 
pero nos mantiene en tierra, firmes, listos, 
porque un movimiento ambiental de este tamaño 
es simplemente otra forma de un levantamiento de la tierra. 

Para verlo, cierra los ojos.
Visualice que todos nosotros, los líderes en esta sala
y fuera de estas paredes o en los pasillos, todos los
hacedores de cambio estamos en una nave espacial,
flotando como una balsa plateada
en el espacio, y vemos la faz de nuestro planeta de nuevo.
Disfrutamos de la vista;
Somos testigos de su verde redondo y azul brillante, lo
que nos inspira a preguntarnos profunda y totalmente:
¿Qué podemos hacer?
Abre tus ojos.
Sepan que el futuro de
este sabio planeta está
a la vista:
justo en todos nosotros. Confía en
este levantamiento de la tierra.
Todos traemos luz a soluciones emocionantes nunca probadas
Porque es nuestra esperanza la que nos implora, en nuestro núcleo intransigente, 
Seguir levantándose por una tierra por la que vale la pena luchar.«

«Earthrise» de la tremenda Amanda Gorman 

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